Eugenio Jofra Bafalluy (Barcelona, 11 de octubre de 1941-ib., 11 de marzo de 2001), fue un humorista único, diferente. Su forma de contar chistes no tiene parangón. Dejó huella. Murió cuando solo tenía 59 años.
Y de forma sabia, la película «Saben aquell» se centra en la época más interesante de su vida, aquella en la que dejó su trabajo como joyero, para dedicarse a la música, por amor, y en la que, por una serie de circunstancias, comenzó a tener muchísimo éxito como contador de chistes, siempre fumando Ducados, con su vaso de tubo lleno del conocido Destornillador (vodka con naranja) y logrando que la gente se olvidara de sus penas y se riera a mandíbula batiente.
La primera vez que escuché la voz de Eugenio fue en un autocar de la empresa Ozaez, siempre lo recordaré, fue en un permiso antes de la jura de bandera (me tocó hacer el servicio militar en Madrid), que nos llevaba desde Colmenar Viejo (donde hice la instrucción), hasta Barcelona. El conductor puso un cassette (también se acepta en castellano llamarle casete) de Eugenio y todos comenzamos a reírnos con sus gloriosos «acudits», en plena madrugada. De ese fenómeno también habla el film.
Eugenio conoció a Conchita, en los años 60, de forma casual, y el flechazo es instantáneo. Eugenio aprende a tocar la guitarra para acompañar a Conchita (que era cantautora), para lo que tendrá que luchar contra el miedo escénico. Empieza así la carrera musical de ‘Els dos’. Cuando Conchita se tiene que ausentar durante dos semanas de Barcelona, convence a Eugenio de que lleve las actuaciones a cabo él solo. Cuando regresa, Eugenio se ha convertido en un fenómeno del humor underground de la ciudad. Poco a poco, entre los dos irán construyendo al personaje: las gafas, la camisa negra, el taburete, los cigarrillos y el vaso de tubo, que se convertirá en un éxito inesperado en una España deprimida que busca desesperadamente reírse con ese singular cómico que empieza todos sus chistes con ‘Saben aquell que diu…»
A priori parecía que los universos de los dos guionistas, David Trueba y Albert Espinosa, eran muy diferentes. Vista la película la sensación es casi la contraria, sus miradas se complementan, y en una escena concreta, aparece ese universo tan personal de Albert, en el hospital. Estamos más ante un drama que ante una comedia. La ambientación es magnífica, refleja muy bien los años 60 y 70. La época del Pub Sausalito está muy cuidada.
El film se basa en la novela de Gerard Jofra, hijo mayor de Eugenio.
Prodigiosa dirección de David Trueba, uno de los directores españoles más cultos e inteligentes. Ha logrado que todo más que sumar, acabe multiplicando.
Es cine de antes, pero en el buen sentido del término, cine del bueno, del que se hacía en España tiempo atrás y que, de forma incomprensible, se dejó de hacer. Lo que cuenta es interesante, la forma de narrarlo también.
Edmón Roch (Ikiru Films) es un gran productor (y mejor persona), por eso le otorgamos el premio Nosolocine como mejor productor de cine, el pasado mes de enero. Es meticuloso, está pendiente de todo el proceso desde el principio al final. Unas películas le salen mejor que otras (depende también de los gustos de cada una-o), pero su talento, su esfuerzo, siempre se ve. Y en este caso de forma muy especial.
Gran banda sonora, en clave de Jazz, de Andrea Motis (Barcelona, 9 de mayo de 1995). Conoció el éxito muy joven, gracias a Joan Chamorro y su Sant Andreu Jazz Band. Gran cantante y virtuosa trompetista y saxofonista, Andrea ha compuesto un score que se complementa muy bien con las imágenes y las realza. Sonidos tan clásicos como modernos, llenes de texturas, de talento.
Capítulo muy especial merece el reparto. Gran casting el que ha conseguido Pep Armengol. Los dos protagonistas principales hacen un trabajo descomunal, de esos en los que los personajes se quedan en la retina y en la memoria. David Verdaguer logra mimetizarse con Eugenio y Carolina Yuste (que canta y habla un perfecto catalán cuando la acción lo requiere) vuelve a demostrar que es una actriz superdotada. Y además hay varias sorpresas positivas, en una escena vemos Paco Plaza bordando a Chicho Ibáñez Serrador, en su gloriosa época del «Un, dos, tres, responda otra vez». El siempre fiable Pedro Casablanc es el manager de Eugenio. Mientras que hay un cameo del periodista Jordi Basté. Pedro Ruiz y Mónica Randall se interpretan a si mismos. También hay que destacar a Marina Salas, como la hermana de Eugenio, y a Ramón Fontseré como el cómplice principal, y necesario, del boom Eugenio. Miriam Díaz Aroca es la presentadora del concurso «Un, dos, tres»
En definitiva, «Saben aquell» es una gran película, en la que todo luce a gran nivel. De las mejores de este año.
La propuesta es muy respetuosa.
José López Pérez
@JLPnosolocine
CODA: Impagable y muy inteligente es el momento en el que aparece cantando el gran Nino Bravo (desenfocado).
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